Mi Diario: 10 diciembre 2023 // My Diary: December 10 2023

Hola, querido hiver.

Me ha sucedido algo curioso y que podría calificar como una coincidencia oportuna. A veces el universo se encarga de darnos pistas que debemos interpretar, al menos así lo asimilo yo.

Resulta que llevaba varios días seguidos en los que no había podido hacer mi reflexión estoica diaria. En España hoy termina un largo puente que comenzó el miércoles, lo que para mí, acostumbrada a mis rutinas, ha supuesto andar desubicada y desorientada, consumiendo mi energía y atención requeridas para hacer las tareas diarias.

Además de eso, el viernes tuvimos una visita familiar y ayer sábado pasé la tarde entera con dolor de tripa. Como ves, he tenido de todo y me he adaptado a cada circunstancia. He disfrutado de los momentos de alegría y confiado en que el dolor se pasaría.

Cuando esta mañana he tomado el Diario para estoicos y he revisado los días atrasados, me he llevado una sorpresa: pareciera que cada día estaba predestinado a ser como fue, pues en cada uno el tema sugerido para la meditación tiene mucho que ver con lo que me aconteció en realidad.

No voy a detallar cada una de las coincidencias, pues haría este post demasiado largo y no quiero abusar del tiempo que me regalas, querido lector. Solo destacaré una que es precisamente la de considerar el tiempo, en este caso el mío, como el tesoro más preciado que tengo y debo cuidar.

Si me has seguido durante parte de los dos años que llevo en Hive, sabrás que me apunto la primera cuando de ayudar se trata. Pero a veces me ofrezco sin conocer las dimensiones reales del compromiso que acepto. O estas cambian y ya no puedo asumir la responsabilidad que acarrean.

Es entonces cuando me agobio, entro en un estado de ansiedad y preocupación por no poder cumplir con lo que prometí. Y hasta que no comunico mi renuncia no me quedo tranquila. ¿Y sabes lo más gracioso? Que lo normal es que me comprendan y me den las gracias por lo realizado. El sufrimiento previo se transforma de inmediato en alivio. Y sé que he hecho bien.

De eso trata la reflexión de hoy, de no despilfarrar el tiempo con lo que no me beneficia, de cuidarlo y considerar qué recibo a cambio de lo que entrego. No siempre merece la pena, y entonces lo valiente es alejarse, por raro que parezca.

Aviso: Todo lo publicado en este post es de mi autoría, excepto los elementos en los que doy crédito a su/s autor/es. Por tanto, en caso de plagio o difusión sin mi permiso, ejerceré mis derechos de autor si así lo estimo oportuno.
Realizo mis fotografías con mi móvil iPhone, las edito en el editor de fotos de Mac y con la versión gratuita de la aplicación PicsArt.

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Hi, dear hiver.

Something curious has happened to me, which I could describe as a timely coincidence. Sometimes the universe takes care of giving us clues that we must interpret, at least that's how I assimilate it.

It turns out that I had not been able to do my daily stoic reflection for several days in a row. In Spain today is the end of a long long weekend that began on Wednesday, which for me, accustomed to my routines, has meant being disoriented and disoriented, consuming my energy and attention required to do my daily tasks.

On top of that, on Friday we had a family visit and yesterday Saturday I spent the whole afternoon with a tummy ache. As you can see, I have had it all and have adapted to every circumstance. I have enjoyed the moments of joy and trusted that the pain would pass.

When I picked up the Diary for Stoics this morning and went through the backlog of days, I had a surprise: it seemed that each day was predestined to be as it was, for in each one the theme suggested for meditation has a lot to do with what actually happened to me.

I'm not going to detail each of the coincidences, as it would make this post too long and I don't want to abuse the time you are giving me, dear reader. I will only highlight one, which is precisely that of considering time, in this case mine, as the most precious treasure I have and must take care of.

If you have followed me for part of the two years that I have been on Hive, you will know that I go first when it comes to helping. But sometimes I offer myself without knowing the real dimensions of the commitment I accept. Or they change and I can no longer assume the responsibility they entail.

Then I become overwhelmed, anxious and worried that I will not be able to deliver what I promised. And you know the funny thing? That they usually understand me and thank me for what I have done. The previous suffering is immediately transformed into relief. And I know I have done the right thing.

That's what today's reflection is about, not wasting time on what doesn't benefit me, taking care of it and considering what I get in return for what I give. It is not always worth it, and so the brave thing to do is to walk away, however strange it may seem.

Notice: Everything published in this post is of my authorship, except for the elements in which I give credit to its author/s. Therefore, in case of plagiarism or dissemination without my permission, I will exercise my copyright if I deem it appropriate.
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