Las librerías son lugares mágicos: silenciosos, de olores característicos, visualmente estimulantes entre portadas, títulos y elementos decorativos. Por supuesto, no todas son igual de bonitas ni cuidadas, pero cuando uno se consigue un espacio especialmente diseñado, no solo para venderte un libro sino para que disfrutes de la experiencia de comprar libros, esos lugares son inolvidables.
Conocí la Librería Wilborada y quedé enamorada. Las fotografías no le hacen justicia a los espacios, las luces y los objetos especialmente dispuestos.
Fue agradable estar allí, rodeada de tantas historias y tantos mundos por descubrir.
Una de las cosas que más amo de vivir en una gran ciudad es la posibilidad de descubrir, casi mensualmente, lugares impresionantemente bonitos como este.
Bookstores are magical places: silent, with characteristic smells, visually stimulating between covers, titles and decorative elements. Of course, not all of them are equally beautiful or well cared for, but when you get a space specially designed, not only to sell you a book but also to make you enjoy the experience of buying books, those places are unforgettable.
I visited Librería Wilborada and fell in love. The photographs do not do justice to the spaces, the lights and the specially arranged objects.
It was nice to be there, surrounded by so many stories and so many worlds to discover.
One of the things I love most about living in a big city is the possibility of discovering, almost monthly, breathtakingly beautiful places like this.
Todas las imágenes de esta publicación son de mi autoría, editadas en snapseed. El contenido también es original y propio.
All images in this post are my own, edited in snapseed. The content is also original and mine.
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Las librerias o bibliotecas son siempre lugares especiales, me encanta pasarme horas en ellas recorriendo los libros que se encuentran en sus estantes. Es siempre una visita obligada en la mayoria de mis viajes.
Recientemente estuve de viaje en Oporto y pude ver, aunque no acceder por falta de tiempo, la libreria Lello, donde se inspiro la colección de libros de Harry Potter. La gran cola que era necesario hacer para poder acceder a la tienda hizo imposible acceder a ella, así que va a ser una visita obligatoria en mi próximo viaje a esa ciudad