Nuestro eco en la eternidad // Our echo in eternity

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Hola querido hiver.

Ayer fue una jornada dura. Asistí al funeral de alguien con quien compartí juegos en la infancia y más tarde salidas nocturnas en la juventud. Alguien que ya no veía más que en otros funerales porque cada uno hace su vida y ya no coincidíamos, pero que forma parte de mis recuerdos más felices porque estaba allí presente y allí seguirá para siempre.

Cuando muere una persona que ya ha cumplido con la vida uno se entristece pero comprende que es parte del ciclo de la naturaleza. Sin embargo, en estos casos en que el fallecido es alguien joven, que según la esperanza de vida normal estaba a mitad de su recorrido esperable, es más difícil de asumir. Más aún cuando la razón es una enfermedad que cuando asomó ya no dio la posibilidad de tratamiento y en dos rápidos meses se lo llevó por delante.

La película Gladiator, una de mis favoritas, era una de las suyas también. Hasta el punto de llevar tatuada en su piel una de sus épicas frases:

Lo que hacemos en la vida tiene su eco en la eternidad.

Máximo Décimo Meridio usaba estas palabras en el discurso que pronuncia para motivar a sus hombres antes de una batalla. Ayer fueron recordadas y utilizadas como precario consuelo para los momentos presentes. Seguirán siendo ciertas cuando el tiempo nos permita sonreír en lugar de llorar cuando su recuerdo asome, y ese será el eco que permanecerá para siempre, la felicidad compartida.

En momentos como estos es cuando la filosofía estoica que trato de aplicar aflora y me muestra si de verdad la he aprendido y hecho mía. La vida conlleva también estos sinsabores y de mí depende aprovecharlos para seguir subiendo peldaños en la escalera que me lleva al bienestar que persigo, transformando los obstáculos en parte del camino.

No importa cuánto nos cuidemos, que todavía seamos jóvenes o los gladiadores más fuertes de la arena. Todos pasaremos al otro lado y no sabemos cuándo. Por eso lo prudente es aprovechar cada momento, atrapar la belleza de lo cotidiano sin esperar un prometedor futuro porque puede no llegar. Hacer lo posible por irnos a dormir cada noche con la certeza de que, en caso de no volver a despertar, el eco que resuene de lo que hayamos hecho en la vida nos represente y hable de lo que fuimos.

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Hasta la próxima publicación. Mientras tanto, ¡cuídate!

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English

Hi, dear hiver.

Yesterday was a tough day. I attended the funeral of someone with whom I shared games in childhood and later nights out in my youth. Someone I only saw at other funerals because we each went our separate ways and no longer coincided, but who is part of my happiest memories because he was there and will remain there forever.

When someone who has lived a full life dies, you feel sad but you understand that it is part of the cycle of nature. However, in cases like this, when the deceased is someone young, who according to normal life expectancy was only halfway through their expected lifespan, it is more difficult to accept. Even more so when the cause is an illness that, when it appeared, left no possibility of treatment and took them away in two short months.

The film Gladiator, one of my favourites, was one of his favourites too. So much so that he had one of its epic phrases tattooed on his skin:

What we do in life echoes in eternity.

Maximus Decimus Meridius used these words in his speech to motivate his men before a battle. Yesterday, they were remembered and used as a precarious consolation for the present moment. They will continue to be true when time allows us to smile instead of cry when his memory comes to mind, and that will be the echo that will remain forever: shared happiness.

It is at times like these that the Stoic philosophy I try to apply comes to the fore and shows me whether I have truly learned it and made it my own. Life also brings these hardships, and it is up to me to take advantage of them to continue climbing the ladder that leads me to the well-being I pursue, transforming obstacles into part of the journey.

It doesn't matter how much we take care of ourselves, whether we are still young or the strongest gladiators in the arena. We will all pass to the other side, and we don't know when. That is why it is wise to take advantage of every moment, to capture the beauty of everyday life without waiting for a promising future because it may not come. Do everything possible to go to sleep each night with the certainty that, if we do not wake up again, the echo of what we have done in life will represent us and speak of who we were.

Video source

Until the next post. In the meantime, take care!

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