Una visita al Museo Pablo Gargallo de Zaragoza // A visit to the Pablo Gargallo Museum in Zaragoza

Hola querido hiver.

¿Te gusta el arte moderno? En el post de hoy te mostraré el Museo Pablo Gargallo. En él se exponen obras representativas de la producción de este escultor aragonés. Pero antes de empezar con nuestra visita, paramos un momento para admirar el edificio que alberga esta colección.

El museo se ubica en el Palacio de los Condes de Argillo, un edificio renacentista que cuenta con los elementos característicos de esta corriente en la región aragonesa. Destaca la artesanía del alero construido en madera que recorre todo su perfil superior.

Aunque solo veamos cuatro plantas desde el exterior el edificio cuenta con siete pisos a los que se añaden dos sótanos. En realidad son como medias plantas y las vamos a recorrer desde arriba hacia abajo, tal como me recomendaron en la recepción.

Lo primero que encontramos son dibujos, cartones y grabados realizados por Pablo Gargallo. Se pueden admirar obras tanto de su etapa de aprendizaje como otras que quedaron inconclusas.

Gargallo investigó y evolucionó su manera de crear a lo largo de su corta vida. Es sorprendente la cantidad de obras que fue capaz de realizar hasta sus 53 años. Una de las razones fue su invención de plantillas de cartón que le permitían repetir las piezas, invirtiendo así mucho menos tiempo. Gracias a eso, además, creó varias versiones de algunas de ellas, incorporando elementos nuevos o agrandando su tamaño en función de su destino.

El talento de este artista para el dibujo era increíble. Se mantuvo interesado por la figura humana durante toda su carrera y por eso casi todo lo que vemos son retratos, ya sean plasmados en papel o en volumen de terracota o metales.

El señor anciano de arriba es hiperrrealista, parece una fotografía en blanco y negro. Por cierto, es un tío del artista. En cuanto al hombre con pipa que hay debajo es su autorretrato más conocido.

Bajamos a la planta 5, pues la 6 no se visita y está dedicada al depósito del fondo de documentación del museo. Recorremos un pasillo que discurre por los cuatro lados del edificio. En los extremos se abren espacios que forman reducidas salas de exposición donde podemos acercarnos a obras de pequeño tamaño.

Aquí ya vemos la característica principal del arte de Pablo Gargallo: su juego con el espacio y la luz, cómo invirtiendo los volúmenes es capaz de representar imágenes en el aire. Las dos fotografías superiores son de la misma escultura, vista de frente y de lado.

En el pasillo recorremos una cronología de la vida del artista. Me gustó la inclusión de acontecimientos relevantes en el país y en el mundo. Esto ayudaba a dar contexto a cada episodio. A pesar de que vivió poco más de cinco décadas, Pablo Gargallo estuvo presente en las ciudades más relevantes para los creadores de su tiempo: Barcelona, París, Nueva York.

Trabajó la terracota, el cobre, el hierro. Encontramos esculturas con su firma en el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo de Barcelona y en el Palacio de la Música Catalana. También son suyos los atletas en caballo del Estadio Olímpico de Montjuic, en la misma ciudad. En ella fue profesor de Oficios de Arte y de Bellos Oficios, y tuvo trato con los artistas que se reunían en el famoso café Els Quatre Gats (Los Cuatro Gatos), entre ellos Picasso.

De nuevo saltamos una planta que se dedica a la sala de consulta al fondo de documentación y la imagen que se nos presenta es espectacular: estamos en la galería superior de un patio decorado con arcos. En su perímetro paseamos entre las obras de Gargallo con libertad, si es que logramos concentrarnos en algo. Mis ojos iban de un lado a otro admirando tanto las piezas como el continente.

En esta planta se encuentran además un pequeño salón de actos cuyos balcones son los que vimos en la fachada y una minúscula salita en la que se proyecta un audiovisual.

Regresando a la galería seleccioné como mis obras favoritas la mujer que se miraba en un espejo, el niño de terracota y la alegoría que si no recuerdo mal se llamaba Urano.

Las escaleras de bajada a la planta calle ofrecían una perspectiva que quise inmortalizar para compartirla aquí. ¿Dónde están las plantas 1 y 2? Si te lo preguntas, en la planta 2 se ve cómo se funde una escultura y no me interesó demasiado. La planta 1 solo contiene una sala de audiovisuales.

El patio contiene estatuas de caballos y en su centro alberga la obra más conocida de Pablo Gargallo, el profeta. Es una escultura de gran tamaño y que al mirar su rostro te hace elevar la mirada hacia el cielo, como si de verdad estuvieras recibiendo una de sus proclamas.

Con esto finalizó mi visita a la exposición permanente del museo. Las plantas del subsuelo se dedican a las exposiciones temporales. No me perdí la que había, pero le dedicaré una publicación aparte.

Si quieres saber más, te invito a que visites la página de Wikipedia dedicada a Pablo Gargallo.

Hasta la próxima publicación. Mientras tanto, ¡cuídate!

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©️Copyright 2024 Paloma Peña Pérez. Todos los derechos reservados.

Hi, dear hiver.

Do you like modern art? In today's post I will show you the Pablo Gargallo Museum. It exhibits representative works of the production of this sculptor from Aragon. But before we start our visit, we stop for a moment to admire the building that houses this collection.

The museum is located in the Palace of the Counts of Argillo, a Renaissance building with the characteristic elements of this style in the Aragonese region. The craftsmanship of the wooden eaves that run along its entire upper profile stands out.

Although we can only see four storeys from the outside, the building has seven storeys plus two basements. In reality they are like half floors and we are going to walk through them from top to bottom, as recommended to me at the reception.

The first thing we come across are drawings, cartoons and engravings by Pablo Gargallo. You can admire works from his apprenticeship period as well as others that were left unfinished.

Gargallo researched and evolved his way of creating throughout his short life. It is surprising how many works he was able to produce until the age of 53. One of the reasons for this was his invention of cardboard stencils which allowed him to repeat the pieces, thus spending much less time. Thanks to this, he also created several versions of some of them, incorporating new elements or enlarging their size depending on their destination.

This artist's talent for drawing was incredible. He remained interested in the human figure throughout his career and so almost all we see are portraits, whether on paper or in terracotta or metal volumes.

The elderly gentleman above is hyper-realistic, looking like a black and white photograph. Incidentally, he is an uncle of the artist. As for the man with the pipe below, it is his best known self-portrait.

We go down to floor 5, as floor 6 is not visited and is dedicated to the storage of the museum's documentation collection. We walk along a corridor that runs along the four sides of the building. At either end of the corridor there are spaces that form small exhibition rooms where we can get close to small works of art.

Here we can already see the main characteristic of Pablo Gargallo's art: his play with space and light, how, by inverting the volumes, he is able to represent images in the air. The two photographs above are of the same sculpture, seen from the front and from the side.

In the corridor we follow a chronology of the artist's life. I liked the inclusion of relevant events in the country and the world. This helped to give context to each episode. Although he lived for little more than five decades, Pablo Gargallo was present in the most important cities for the creators of his time: Barcelona, Paris, New York.

He worked in terracotta, copper and iron. Sculptures bearing his signature can be found in the Hospital de la Santa Creu i Sant Pau in Barcelona and in the Palau de la Música Catalana. The athletes on horseback in the Olympic Stadium of Montjuic, in the same city, are also his work. There he taught Art and Fine Arts and had dealings with the artists who met at the famous café Els Quatre Gats (The Four Cats), among them Picasso.

Once again we skip a floor that is dedicated to the consultation room and the image we are presented with is spectacular: we are in the upper gallery of a courtyard decorated with arches. Around its perimeter we wandered among Gargallo's works freely, if we could concentrate on anything at all. My eyes wandered from one side to the other, admiring both the pieces and the continent.

On this floor there is also a small assembly hall with the balconies we saw on the façade and a tiny room where an audiovisual is projected.

Returning to the gallery, I selected as my favourite works the woman looking into a mirror, the terracotta child and the allegory which, if I remember correctly, was called Uranus.

The stairs leading down to the ground floor offered a perspective that I wanted to immortalise and share here. Where are floors 1 and 2? If you're wondering, on floor 2 you can see a sculpture melting and I wasn't too interested. Floor 1 only contains an audiovisual room.

The courtyard contains statues of horses and in its centre is Pablo Gargallo's best known work, the prophet. It is a large sculpture and when you look at his face it makes you raise your eyes to heaven, as if you were really receiving one of his proclamations.

This ended my visit to the museum's permanent exhibition. The basement floors are devoted to temporary exhibitions. I didn't miss the one that was there, but I will dedicate a separate post to it.

If you want to know more, I invite you to visit the Wikipedia page dedicated to Pablo Gargallo.

Until the next post. In the meantime, take care!

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