Mi Diario: 24 marzo 2024 // My Diary: March 24 2024

Hola, querido hiver.

Este domingo es especial porque en mi país celebramos el Domingo de Ramos. Es una fiesta cristiana de alegría que sirve de preludio a la Semana Santa, en la que se recuerda la pasión y muerte de Jesucristo y es, por tanto, un periodo oscuro y de dolor que termina en festejo por la creencia en su resurrección el domingo que viene.

Mis padres son muy católicos y por eso de niña me hicieron cumplir con tantos mandatos que debí terminar cansada de ellos y ahora no practico ninguno, a pesar de que conservo gran parte de mi fe. Con el tiempo me he creado una especie de religión personalizada como esperanza de que haya algo más tras la muerte. Sin embargo, mi mitad científica se contrapone a la emocional y hasta el momento no ha encontrado evidencias que demuestren que exista nada después de morir.

Supongo que todos en algún momento de nuestras vidas necesitamos encontrar una explicación a los grandes misterios de la vida. En mi caso sentí desde bien pequeña esa ansiedad por lo venidero que no me ha abandonado hasta hoy. Por eso mi sed de conocimiento jamás se ve colmada. Tras cada respuesta siempre surge un nuevo interrogante que resolver.

Asimismo perseguimos una felicidad que se escapa entre los dedos. Seré feliz cuando sea mayor, o cuando consiga tal o cual cosa, o en las próximas vacaciones. Así postergamos el disfrute de paladear el momento presente, el aquí y ahora. Porque la felicidad viene con nosotros allá donde vayamos. No necesitamos movernos de la silla para encontrarla.

Pasan las semanas, los meses y los años, repetimos los ritos y costumbres, esperamos una vida mejor cuando la realidad es que de lo único que podemos estar seguros es de lo que tenemos y somos hoy. Mañana no existe y quizás no llegue nunca.

Hasta la próxima publicación. Mientras tanto, ¡cuídate!

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©️Copyright 2024 Paloma Peña Pérez. Todos los derechos reservados.

Hi, dear hiver.

This Sunday is special because in my country we celebrate Palm Sunday. It is a Christian festival of joy that serves as a prelude to Holy Week, in which the passion and death of Jesus Christ is remembered and is, therefore, a dark and painful period that ends in celebration because of the belief in his resurrection next Sunday.

My parents are very Catholic and so when I was a child they made me comply with so many mandates that I must have grown tired of them and now I don't practice any of them, even though I retain much of my faith. Over time I have created a kind of personalised religion for myself as a hope that there is something more after death. However, my scientific half is at odds with my emotional half and so far has found no evidence to prove that there is anything after death.

I suppose that at some point in our lives we all need to find an explanation to the great mysteries of life. In my case, I felt from a very young age this anxiety for the future that has not left me to this day. That is why my thirst for knowledge is never quenched. After every answer there is always a new question to answer.

Likewise, we pursue a happiness that slips through our fingers. I will be happy when I grow up, or when I get this or that, or on my next holiday. Thus we postpone the enjoyment of savouring the present moment, the here and now. Because happiness comes with us wherever we go. We don't need to move from our chairs to find it.

Weeks, months and years go by, we repeat rituals and customs, we hope for a better life when the reality is that the only thing we can be sure of is what we have and are today. Tomorrow does not exist and may never come.

See you next time. In the meantime, take care!

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