Concurso TopFiveFamily Observa, Piensa y Escribe: La Misión, un relato de vida. Texto Original.

Este es un relato de una experiencia personal, a la cual la imagen colocada por @lanzjoseg hace referencia, y me refiero a mi tiempo como Misionero Seglar Capuchino, donde tuve la oportunidad de vivir y compartir con las familias indígenas en el Estado Zulia y en el Estado Bolívar.

Mi experiencia inició en la adolescencia, en el proceso de búsqueda de uno mismo y de tratar de dar respuestas a varias inquietudes espirituales que tenía, lo que me llevó a participar en varios encuentros con los grupos juveniles de la iglesia católica, lo que me llevó a irme involucrando cada vez más en los procesos de la iglesia dentro de la sociedad venezolana de finales de los 80 e inicios de los años 90.

En ese proceso, sucedieron situaciones muy interesantes, donde me fui involucrando en procesos por las luchas de los derechos humanos, las defensas de las minorías, al apoyo a las personas excluidas, la atención a los enfermos en lo referente al apoyo espiritual y la visita y el acompañamiento a los abuelos abandonados por sus familiares en ancianatos a su propia suerte.

A esto, hay que sumarle, que como parte de la Juventud Católica, ayudamos a Monjas y Sacerdotes, como al Padre Chui, un cura Uruguayo, que se metió en el cerro de Los Rosales en Caracas y creo una casa, donde atendía niños abandonados, con problemas de drogas y de abandono por parte de sus familiares, a quienes él rescataba de la calle y los ayudaba a tener una vida digna y libre de violencia, de esa hermosa obra salieron ingenieros, médicos, poetas, licenciados en letras, educadores y pare de contar.

Con el Padre Chui, tuve la oportunidad de aprender a tomar Mate, de aprender a disfrutar de la soledad, aprendí a no quejarme, a ver en el débil y en los abandonados el verdadero rostro del cristianismo y aprendí que la verdadera lucha de la iglesia no se veía y no estaba en las grandes iglesias, ni detrás de la opulencia, de algunos clérigos y obispos.

Esas fueron épocas de cambios sociales fuertes, vino el asesinato en masa del pueblo pobre caraqueño por parte de la antigua y ya desaparecida DISIP, de la policía metropolitana, del ejército y la guardia nacional, (en minúsculas, ya que no merecen, más que eso después de sus actuaciones) debido al “Caracazo”.

En esos momentos, duros para el país y para la vida, nos lanzamos a luchar por la defensa de los Derechos Humanos, entre los Sacerdotes más recordados con los que tuve la oportunidad de compartir, estaban el Padre Gazo, El Padre Matos, el Padre Olazo, El padre Antonio de los Padres Paules entre muchos otros.

Con todas estas actividades y muchas otras que no podría comentar sin hacer una enorme letanía, terminé conociendo a una Monja de la Casa de San Vicente de Paul, quien me invitó a varias de sus casas y la que más me impresionó fue una en San Martín, donde las Monjas recogían a madres adolescentes si hogar y mujeres maltratadas.

Después de eso me invitaron a un retiro espiritual, allí conocí al Padre Antonio González y terminé de cabeza en el Seminario Mayor de los Padres Paules, estando con ellos y después de haber iniciado el período de formación, me sentía preso, me faltaba el aíre y no me sentía cómodo realmente, y no era por la disciplina como tal, que iniciaba a las 5 de la mañana y terminaba a las 10 de la noche, sino que lo que realmente me faltaba, era el contacto con la gente y la actividad pastoral como tal.

Siendo así, un día llegó a mis manos una revista de Venezuela Misionera, así que decidí solicitar una experiencia con los Padres Menores Capuchinos, la cual me fue otorgada, terminando así en la Misión del Tukuko en el Estado Zulia, como Misionero Seglar.

Con los Padres Capuchinos tuve la oportunidad de vivir y hacer muchas cosas, desde atender a una niña mordida por un Jaguar, hasta aprender a llevar un comercio, así como trabajar con vacas y la producción de leche, o terminar detenido por la guardia nacional (en minúsculas) por tomar con un Fraile y un grupo de indígenas un hospital que no quería darle atención a dos indígenas Yukpas

Con los Padres Capuchinos, también tuve la oportunidad de vivir un tiempo en las misiones de La Gran Sabana en el Estado Bolívar y de convivir con los Yekuana, a quien me recuerda bastante la foto del mural compartido para este reto.

Para terminar este relato, diré que terminé retirándome de la iglesia por situaciones familiares a las cuales tenía que dar respuesta y que eran ineludibles, más cómo hijo responsable. Pero según me dicen, desde los amigos, hasta mi expareja, sigo viendo como un monje y preocupándome de situaciones de las cuales ellos se preocupan.

Esos son los recuerdos y las anécdotas que me trajo este mural y que hoy comparto con ustedes, aunque muy, pero muy, resumidas, una experiencia de vida y espiritual, muy rica, fructífera e impactante, de la cual, disfruté cada minuto en la que tuve la oportunidad de vivirla.

Gracias por leerme.

Si les gusta este concurso, les invito a participar a través del siguiente enlace.

Aprovecho la oportunidad para invitar a @alicia2022, @esbat y @nahueldare3627

First of all cordial greetings and best wishes this Easter season to all members of the Top Five Family community and to all Hive members in general.

This is my participation in this week's contest, which gives me the opportunity to tell a story about a personal life experience.

Finally, I invite all my followers to participate and exercise their creative writing process in this weekly contest.

This is a story of a personal experience, to which the image posted by @lanzjoseg makes reference, and I refer to my time as a Capuchin Lay Missionary, where I had the opportunity to live and share with indigenous families in Zulia State and Bolivar State.

My experience began in adolescence, in the process of searching for myself and trying to give answers to various spiritual concerns that I had, which led me to participate in several meetings with youth groups of the Catholic Church, which led me to get more and more involved in the processes of the church within the Venezuelan society of the late 80s and early 90s.

In this process, very interesting situations occurred, where I became involved in processes for the struggle for human rights, the defense of minorities, support for the excluded, the care of the sick in terms of spiritual support and the visit and accompaniment of grandparents abandoned by their relatives in old people's homes to their own fate.

To this, we must add that as part of the Catholic Youth, we helped nuns and priests, such as Father Chui, a Uruguayan priest, who went into the hill of Los Rosales in Caracas and created a house where he cared for abandoned children, with drug problems and neglect by their families, whom he rescued from the street and helped them to have a dignified life free of violence, from this beautiful work came engineers, doctors, poets, graduates in letters, educators and so on.

With Father Chui, I had the opportunity to learn to take Mate, to learn to enjoy solitude, I learned not to complain, to see in the weak and the abandoned the true face of Christianity and I learned that the real struggle of the church was not seen and was not in the big churches, nor behind the opulence of some clergymen and bishops.

Those were times of strong social changes, came the mass murder of the poor people of Caracas by the old and now disappeared DISIP, the metropolitan police, the army and the national guard, (in small letters, since they do not deserve more than that after their actions) due to the "Caracazo".

In those moments, hard for the country and for life, we launched ourselves to fight for the defense of Human Rights, among the most remembered priests with whom I had the opportunity to share, were Father Gazo, Father Matos, Father Olazo, Father Antonio of the Paules Fathers among many others.

With all these activities and many others that I could not comment without making a huge litany, I ended up meeting a Nun of the House of St. Vincent de Paul, who invited me to several of their houses and the one that impressed me the most was one in San Martin, where the Nuns collected teenage homeless mothers and abused women.

After that I was invited to a spiritual retreat, where I met Father Antonio Gonzalez and ended up in the Major Seminary of the Paul Fathers, being with them and after having started the formation period, I felt imprisoned, I lacked the air and I did not really feel comfortable, and it was not because of the discipline as such, which began at 5 in the morning and ended at 10 at night, but what I really lacked, was contact with people and pastoral activity as such.

One day I got my hands on a magazine of Venezuela Misionera, so I decided to request an experience with the Padres Menores Capuchinos, which was granted to me, ending up in the Tukuko Mission in the State of Zulia, as a Secular Missionary.

With the Capuchin Fathers I had the opportunity to live and do many things, from taking care of a girl bitten by a Jaguar, to learning to run a business, as well as working with cows and milk production, or ending up detained by the national guard (in small letters) for taking with a Friar and a group of indigenous people a hospital that did not want to give attention to two indigenous Yukpas.

With the Capuchin Fathers, I also had the opportunity to live for a while in the missions of La Gran Sabana in the State of Bolivar and to live with the Yekuana, to whom the photo of the mural shared for this challenge reminds me a lot.

To finish this story, I will say that I ended up leaving the church because of family situations to which I had to respond and that were unavoidable, more as a responsible son. But according to what they tell me, from my friends to my ex-partner, I continue to see myself as a monk and to worry about situations that they worry about.

These are the memories and anecdotes that this mural brought me and that I share with you today, although very, very, very summarized, a very rich, fruitful and impacting life and spiritual experience, which I enjoyed every minute that I had the opportunity to live it.

Thank you for reading me.

If you like this contest, I invite you to participate through the following link.

I take this opportunity to invite @alicia2022, @esbat and @nahueldare3627