El reencuentro. Cuento Corto Original.

Jorge había llegado a la universidad, había pasado mucho tiempo desde la última vez que estuvo allí en su época de estudiante, ahora volvía para ocupar un puesto como profesor a tiempo exclusivo y dedicarse a la investigación. Se encontró con viejos profesores, ahora colegas y con algunos trabajadores que conocía, deteniéndose a saludarlos y conversando con ellos recordando sus tiempos de estudiante y a sus antiguos compañeros.

Ya habiendo iniciado sus labores como profesor, Jorge se dirigió a la biblioteca para buscar unos libros que necesitaba, y ahí la vio, a Irene, su Irene, su antigua novia a la que no veía desde que se había ido del país para realizar una maestría, ella fue el amor de su vida, no podía creer que la encorara parada revisando unos libros.

Al detallarla a lo lejos, se dio cuenta de que Irene, estaba usando el marcador de libros que le regaló cuando se fue del país, junto con un texto de Ernesto Sabato. Él no podía dejar de mirarla, y cuando ella volteó hacia él, en ambos rostros se dibujó una tierna sonrisa, donde era evidente que aún existía un sentimiento entre ellos.

Con una sonrisa y una expresión agradable sorpresa, Jorge se acercó a saludar a Irene, cuando se acercó a ella, la respuesta fue un tierno abrazo y un beso en la mejilla de parte de Irene. Ambos comenzaron a hablar y decidieron salir de la biblioteca e ir al cafetín, donde se sentaron a conversar para ponerse al día de todos los por menores de sus vidas, la conversación era tan agradable y fluida, que parecía que jamás se hubiesen separado por tanto tiempo.

Pasamos horas hablando y recordando viejos tiempos. Fue en ese momento cuando Jorge observó, que Irene estaba jugando con el marcador de libros. Jorge le comentó que le agradaba mucho que lo conservará e Irene le comentó, que jamás se había separado de él y le recordó el libro de Sabato, “El Túnel” y el momento en que se lo dio y lo que le dijo a ella años atrás. Fue un momento muy especial para ambos.

Jorge no pudo evitar sonreír al pensar en todas las cosas que habíamos compartido. Y finalmente, antes de despedirse, decidieron intercambiar sus números y poner en marcha planes para volver a verse de nuevo.

Mientras caminaba por la calle, le dio gracias a la vida por este reencuentro, también se dio cuenta de que aún sentía algo por Irene y al parecer ella sentía lo mismo lo que le llenó de alegría el corazón. En ese momento Jorge se preguntó, que habría pasado si no hubiese ido a estudiar fuera, dejando a Irene sola. En ese momento se recordó de una de las frases del libro de Sabato, cuando el hombre ciego le dice al hombre que le arrebató el amor de su vida “Eres un insensato” y Jorge se dijo a sí mismo, al dejarla sola realmente lo fui.

Gracias por leerme.

Invito a participar a @alicia2022, @rinconpoetico7, @esbat y @contagio.

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