En los caminos y sueños de nuestra vida,
donde el amor se hace compañero,
se alza la paz bendita como un regalo del cielo,
que nos llena de alegría el corazón sincero.

Pero cuando llega el vértigo y el caos,
que el hombre con su ego y su arrogancia crea,
salimos los corazones inquietos a buscar calma y armonía,
y en esa búsqueda en ocasiones hallamos, la paz que a nuestro corazón con angustia clama.

En cada caída de violencia y guerra
a la que el fanatismo y el odio al mundo lleva,
un llanto y un latido de dolor nuestra alma exhala,
y entre susurros y oraciones llenas de fe y esperanza,
pide al Eterno que florezca de nuevo la paz y la calma.

En el río de nuestros sueños, nos perdemos a diario,
hay en un mundo de fantasía fluye la felicidad, en un mundo que hemos creado,
y ahí nos sumergimos y nos perdemos sin dueño, ocultos en pantallas y por el zapping dominados,
creyendo en verdades o mentiras que para nosotros otros han creado.

La realidad es que no hay paz, ni calma en un mundo enajenado,
ya que la paz se refleja en nuestra naturaleza y nuestro mundo cultivado,
ahí en cada rincón destella, despertando nuestra conciencia,
y llenándonos de alegría plena, mientras que nuestra alma se llena de luz eterna.

En la meditación y el silencio, descubrimos el amor divino,
nos encontramos con nuestro ser, y renacemos en el destino,
y con la esperanza refrescante que nos da este cometido,
reponemos nuestras fuerzas y seguimos el camino.

En ese proceso de paz interna, cada espíritu se funde en uno,
que unidos por lazos de amor pleno, se hacen uno con el Eterno,
y cuando en esa paz y unión encontramos,
no perdemos el camino que henos iniciado.

En el amor, la igualdad y la unidad verdadera,
se forja un mundo sin odios, fronteras y barreras,
y así la paz florece en cantidad inmensa,
uniendo así a las almas verdaderas.

Es por eso que en la danza de la vida,
donde el amor y la paz, ponen la melodía y la armonía,
encontramos la paz querida,
que nos llena de alegría.

Gracias por leerme.

Temática:

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Fuente

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Peace in our life.

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In the paths and dreams of our life,
where love becomes a companion,
blessed peace rises like a gift from heaven,
that fills our sincere heart with joy.

But when vertigo and chaos come,
that man with his ego and his arrogance creates,
we restless hearts go out in search of calm and harmony,
and in that search we sometimes find the peace that our hearts cry out in anguish.

In every fall of violence and war
to which fanaticism and hatred lead the world,
a cry and a beat of pain our soul exhales,
and between whispers and prayers full of faith and hope,
asks the Eternal One that peace and calm may bloom again.

In the river of our dreams, we lose ourselves daily,
there in a world of fantasy flows happiness, in a world we have created,
and there we submerge and lose ourselves without owner, hidden in screens and by zapping dominated,
believing in truths or lies that others have created for us.

The reality is that there is no peace, no calm in an alienated world,
for peace is reflected in our nature and our cultivated world,
there in every corner it shines, awakening our conscience,
and filling us with full joy, while our soul is filled with eternal light.

In meditation and silence, we discover divine love,
we meet our being, and are reborn in destiny,
and with the refreshing hope that this task gives us,
we replenish our strength and continue on our way.

In this process of inner peace, each spirit merges into one,
united by bonds of full love, they become one with the Eternal,
and when in that peace and union we find,
we do not lose the path we have started.

In love, equality and true unity,
a world without hatred, borders and barriers is forged,
and so peace blossoms in immense quantity,
thus uniting true souls.

That is why in the dance of life,
where love and peace, set the melody and harmony,
we find the beloved peace,
which fills us with joy.

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Thanks for reading me.

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