Indicación: La peor carta.

Roberto estaba en su clase hablando con sus estudiantes, él estaba muy contento y lo demostraba a sus compañeros de aula con su actitud. La razón de la alegría de Roberto, es que se había postulado para una beca a internacional.

Cuando Roberto se presentó para postularse para la beca, tuvo la oportunidad de hablar con uno de los patrocinadores y responsables proceso de selección, con quien estuvo hablando de la línea de investigación que creo en la universidad donde daba clases y sobre los logros que había tenido en su investigación inicial.

La conversación con el representante de la fundación, que estaba otorgando las becas, dejó a Roberto muy contento, además le entusiasmó mucho, los comentarios que se hicieron sobre su línea de investigación y su proyecto. De hecho, el representante le notificó, que era muy seguro que no tuviese problemas para recibir la beca.

Roberto estaba muy contento, el hecho de poder ir al exterior a especializarse en su área de física cuántica y el poder discutir sobre su trabajo con otros profesionales con otras experiencias, le emocionaba muchísimo. Así que él estaba esperando la respuesta de la fundación a través de una carta formal, para iniciar su proceso de cierre de semestre y partir al exterior a realizar su doctorado.

Al terminar la clase, Roberto, se fue acompañando de varios de sus estudiantes, a los que le servía como tutor a su oficina, al llegar vio que en su escritorio, había una carta. Al verla se emocionó, pero una de sus mejores estudiantes tomó la carta y le preguntó con mucha gracia juvenil a su profesor si podría leerla ella a todo los presentes.

Roberto se sonrío al igual que el resto de los presentes y aprobó con un movimiento de cabeza. María abrió la carta, y todos la miraban mientras empezaba a leer, con toda la parsimonia desde el membrete de la carta, y cuando llegó al contenido leyó “Lamentamos informarle, estimado colega, que tanto su beca de estudios, como la de todos los proponentes han sido rechazadas, debido a que gracias a las sanciones de los EEUU y de la Unión Europea, no podremos enviar a nuestros postulados a estudiar, así como tampoco enviar dinero a los que ya están en esos países estudiando”.

La cara de Roberto y de sus estudiantes fue un verdadero poema que mostraba su desilusión y tristeza. Cuando los estudiantes, empezaron a tratar de darle apoyo a Roberto, este solo comentó, “Bueno, muchachos, lo único que queda es esperar a ver si las sanciones políticas y económicas nos permitirán algún día avanzar, mientras tanto trabajemos nosotros acá, pero lo que si les puedo decir, es que esta es la peor carta que recibido en mi vida, ya que la misma mató mis expectativas”.

Muchas Gracias por leerme.

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