Series: The Scarleth Rose | Part 3 (La Rosa Escarlata) (EN/ES)

Part 3

Alfil approached, dragging his sword, the Gauntlet, leaving a large furrow in the ground. Scarleth lay on the ground, battered by the heavy blow, watching her enemy approach slowly but surely. She thought quickly about how she was going to defend herself against the brutal attack that the strong warrior was sure to launch.

She closed her beautiful blue eyes and began to calculate her chances. 20%, 50%, 65%, 80%...

Scarleth thought. “I've got it. I must wait for the right moment to launch my attack.” She opened her eyes, but Alfil had disappeared while the sakura continued to fall, and the moment was filled with calm and tension. “Where is he?” she thought again.

“Don't you know where I am, Scarleth? I'm amazed to see you in this condition. I never thought the great scarlet assassin would fall so easily into my trap. Haha.” Alfil's voice echoed everywhere, impossible to locate.

“Show yourself, coward. It's time to stop playing games and fight to the death.” Scarleth shouted furiously into the void.

“Haha, Scarleth, you forget what they teach us in the organization: calmness. Don't tell me the great assassin has lost her cool. Haha.” Alfil's voice flooded the place.

“It's true, I mustn't let my emotions get the better of me. I have to stay calm and try to locate him among these trees. I must buy more time while I locate his position,” Scarleth thought. Then she spoke to Alfil. “I want to forget everything about that damn organization. My soul has been damned, and now I seek redemption. I advise you to do the same, Alfil.”

“Haha. Don't joke with me.” At that moment, the sakura began to fall like a persistent rain, obstructing Scarleth's view.

The scarlet woman stood guard with her katana, waiting for Alfil's attack. The tension of the moment hung in the air, everything seemed ready for mortal combat. At that precise moment, a wave of air cut through the sakura at high speed.

Scarleth had a split second to dodge the blast of air, jumping with all her might. Then she saw a point of light pierce her shoulder, causing blood to spurt out. The scarlet woman fell and clutched her shoulder, trying to stem the blood.

Alfil appeared out of nowhere and placed the Gauntlet on Scarleth's throat. “I can't believe how easy that was. I've defeated the great scarlet assassin. Haha.”

“Idiot, finish off Scarleth, don't be so egotistical.” A voice was heard from the sky.

"Don't worry, Shauna. I'll finish off the Scarlet right now." Alfil looked up at the sky.

“You're a fool. Don't let your guard down.” Shauna warned the warrior.

In a split second, Scarleth took her katana and cut off Alfil's arm that was holding the Gauntlet. “Argh, you damn bitch!”

Blood flowed like a waterfall as Alfil took a few steps back, clutching his stump. The warrior screamed and continued to curse Scarleth as he fell onto the carpet made of sakura petals. The scarlet woman approached Alfil, ready to finish him off.

“I will not forgive you. You must die. Your soul is rotten, and the most merciful thing is to end your existence.” Scarleth raised her katana toward Alfil's head.

“Haha. That's the bloodthirsty scarlet assassin who shows no mercy and only wants to quench her thirst for blood.” Alfil's bloodied face showed an intense look. “Come on, scarlet murderer, finish me off. Go back to being that demon without compassion. Kill me! Haha.”

“You're crazy, Alfil. I'm not that woman anymore, but I can't let you go on living. It's a favor I'll do for the world.” Scarleth swung her katana with the intention of decapitating the warrior.

“Do it, scarlet assassin. Taste my blood and let evil return to you. Kill me! Haha.” Alfil laughed like a madman as blood ran down his face.

“No, don't do it!” A scream was heard.

Parte 3

Alfil se acercaba arrastrando su espada, la Guantelete, dejando un gran surco en la tierra. Scarleth yacía en el suelo maltrecha por el golpe fuerte y miraba a su enemigo acercarse lentamente, pero con seguridad. Ella pensaba rápidamente como se iba a defender de la embestida brutal, que de seguro iba a hacer el fuerte guerrero.

Cerró sus hermosos sus ojos azules y empezó a calcular las probabilidades que tenía. 20%, 50%, 65%, 80%...

Scarleth pensaba. «Lo tengo. Debo esperar el momento propicio para lanzar mi ataque». Abrió los ojos, pero Alfil había desaparecido mientras las sakuras seguían cayendo y el momento se llenó de calma y tensión. «¿Dónde está?», pensó de nuevo.

«¿Acaso no sabes dónde estoy, Scarleth? Estoy asombrado de verte en esa condición. Nunca pensé que la gran asesina escarlata cayera tan fácil en mis redes. Jaja». La voz de Alfil se escuchaba por todas partes en un eco que era imposible de localizar.

«Muéstrate, cobarde. Es hora de dejar de jugar y combatir hasta la muerte». Scarleth furiosa gritaba hacia la nada.

«Jaja, Scarleth, olvidas lo que nos enseñan en la organización: la calma. No me digas que la gran asesina se ha salido de sus casillas. Jaja». La voz de Alfil inundaba el lugar.

«Es verdad, no debo dejarme llevar por mis emociones. Tengo que tener calma y tratar de ubicarlo entre esta arbolada. Debo ganar más tiempo, mientras ubico su posición», Scarleth pensaba. Luego habló a Alfil. «Quiero olvidar todo acerca de esa maldita organización. Mi alma se ha condenado y ahora busco la redención. Te aconsejo hacer lo mismo, Alfil».

«Jaja. No bromees conmigo». En ese momento las sakuras empezaron a caer como una lluvia pertinaz, obstaculizando la vista de Scarleth.

La mujer escarlata se puso en guardia con su katana esperando el ataque de Alfil. En el aire se sentía la tensión de momento, todo parecía estar listo para el combate mortal. En ese preciso momento, una onda de aire cortaba las sakuras a gran velocidad.

Scarleth tuvo una fracción de segundo para evitar la onda, saltando con todas sus fuerzas. Luego vio que un punto de luz atravesaba su hombro haciendole brotar sangre. La mujer escarlata caía y se tomaba el hombro tratando de contener la sangre.

Alfil aparecía de la nada y colocaba la Guantelete en la garganta de Scarleth. «No puedo creer lo fácil que fue. He derrotado a la gran asesina escarlata. Jaja».

«Imbécil, termina con Scarleth no seas tan ególatra». Una voz se escuchaba desde el cielo.

«No te preocupes, Shauna. Ahora mismo terminaré con la vida de la escarlata». Alfil miraba hacia el cielo.

«Eres un tonto. No bajes la guardia». Shauna advertía al guerrero.

En una fracción de segundo, Scarleth tomó su katana y corto de un tajo el brazo de Alfil que sostenía la Guantelete. «!Argh, maldita perra!».

La sangre fluía como en una cascada mientras Alfil daba unos pasos hacia atrás tomándose el muñón. El guerrero gritaba y seguía maldiciendo a Scarleth en tanto caía sobre el tapete hecho por las sakuras. La mujer escarlata se acercaba a donde estaba Alfil dispuesta a terminarlo.

«No te perdonaré. Debes morir. Tu alma está podrida y lo más clemente es terminar con tu existencia». Scarleth levantaba su katana en dirección a la cabeza de Alfil.

«Jaja. Esa es la sanguinaria asesina escarlata que no perdona y solo quiere saciar su sed de sangre». El rostro ensangrentado de Alfil mostraba una mirada intensa. «Vamos, asesina escarlata, acaba conmigo. Vuelve a ser ese demonio sin compasión. ¡Mátame! Jaja».

«Estás loco, Alfil. Ya no soy aquella mujer, pero no puedo dejarte seguir viviendo. Es un favor que haré al mundo». Scarleth movía la katana con intenciones de decapitar al guerrero.

«Hazlo, asesina escarlata. Saborea mi sangre y deja que el mal vuelva a ti. ¡Mátame! Jaja». Alfil reía como un desquiciado mientras la sangre corría por su rostro.

«¡No, lo hagas!». Se oyó un grito.

I leave you the link to the first part of the Scarlet Rose series.
Part 2