Monthly Prompts | The fatality of an invention (La fatalidad de un invento) [EN/ES]

“I finally did it! I've created something that will revolutionize the world.” Stanley, a genius inventor who had been working on a water engine for a long time, thought to himself.

The engine roared before Stanley's wondering eyes, and he was proud of his great invention. He smiled and thought of the great benefit his water engine would be, not only to mankind, but to planet earth.

“Harry, Harry, I finally did it. The water engine works. We must tell the world the news.” Stanley excitedly spoke to his partner.

“We must go slow and plan our strategy to promote the water engine.” Harry with some concern urged his partner.

“Harry, Harry, we have the invention of the century in our hands. I don't understand why we should go cautiously.”

“Stanley, the invention may be a blessing, but it may also cause problems and the big oil companies, may see this as a threat to their business.”

“I don't understand, the oil companies talk about taking care of the environment and the benefits to mankind of green fuels.” Stanley was trying to urge his partner.

“You're very naive, Stanley. They say that so the environmentalists won't bother them. The oil companies will never give up their lucrative business. And the water engine poses a very serious threat.”

“So what you think is that we should keep quiet out of fear?” asked Stanley.

“What I'm saying is that we should tread carefully. We'll have our moment to show the world the invention.”

“You're a coward, Harry. I don't know why you became my partner. You were excited about the idea too. What happened to that optimism?” Stanley angrily rebuked his partner.

“I can't talk anymore. I'll call you tomorrow.” Harry cut the call short.

Stanley angrily made the decision to show the invention to the world. He called a prestigious newspaper in town and scheduled an appointment. The reporter arrived at the inventor's home and began the interview.

After answering the questions Stanley took the reporter to where the water engine was and showed him how the machine worked. The reporter could not hide his amazement.

“Sir, Stanley this is wonderful. The invention of the century. Tomorrow it will be on the front page of our newspaper.” The reporter shook Stanley's hand and said goodbye.

The morning paper headlined the invention of the century. As expected, the news spread like wildfire and all the media were talking about the water engine. Stanley's invention went around the world and the inventor felt on top of the world.

Every day he was visited by different journalists, and the water engine continued to become very popular. Immediately environmentalists began to ask governments to implement the water engine. All this was causing a stir and threatened to become a social explosion all over the world.

Stanley's phone was ringing insistently. “Good morning, who am I speaking to?”

“Don't meddle in our business or you'll regret it.” The call was cut off abruptly.

Stanley was worried and went to see his partner Harry. Arriving at the apartment he found him dead with a gunshot wound to the head, the evidence showed it had been a suspected suicide. Stanley understood what Harry meant.

Now he feared for his life and the water engine, so he hid all the documents. He had to protect his invention at all costs, while paranoia invaded Stanley. Everywhere the man saw murderers and his life became hell.

The inventor went to live in the woods, far from civilization, and the water engine began to be forgotten by people. Stanley became a hermit. After a long time, he left his house in the forest and went to his old house.

He could witness the destruction of his home. He ran out into the woods trying to assimilate what was happening. He arrived at his house and locked himself in, breathed easy and thought about never going out again. In the evening he prepared himself a dinner, started to eat and suddenly felt an intense pain in his abdomen, then he fell on the floor and exhaled his last breath.

“The job is finished.” A man in a black trench coat was talking on a cell phone and then disappeared into the forest.

«¡Finalmente lo logré! He creado algo que revolucionará el mundo». Pensaba Stanley, un genio inventor que desde hacía mucho tiempo estaba trabajando en un motor de agua.

El motor rugía ante los ojos maravillados de Stanley, que se sentía orgulloso por su gran invento. Sonreía y pensaba en el gran beneficio que sería su motor de agua, no solo para la humanidad, sino para el planeta tierra.

«Harry, Harry, al fin lo conseguí. El motor de agua funciona. Debemos dar la noticia al mundo». Stanley emocionado hablaba con su socio.

«Debemos ir con calma y planificar nuestra estrategia para promocionar el motor de agua». Harry con algo de preocupación instaba a su socio.

«Harry, Harry, tenemos el invento del siglo en nuestras manos. No entiendo porque debemos ir con prudencia».

«Stanley, el invento puede ser una bendición, pero también puede causar problemas y las grandes empresas petroleras, pueden ver esto como una amenaza a su negocio».

«No entiendo, las petroleras hablan de cuidar el medio ambiente y los beneficios para la humanidad de los combustibles ecológicos». Stanley trataba de instar su socio.

«Eres muy inocente, Stanley. Ellos dicen eso para que los ecologistas no los molesten. Las petroleras nunca dejaran su negocio lucrativo. Y el motor de agua representa una amenaza muy seria».

«Entonces, ¿lo que tú piensas es que debemos guardar silencio por miedo?», preguntaba Stanley.

«Lo que digo es que debemos ir con prudencia. Ya tendremos nuestro momento de mostrar al mundo el invento».

«Eres un cobarde, Harry. No sé porque te hiciste mi socio. La idea también te entusiasmaba. ¿Qué sucedió con ese optimismo?». Stanley furioso increpaba a su socio.

«No puedo hablar más. Te llamo mañana». Harry cortaba la llamada.

Stanley furioso tomó la decisión de mostrar el invento al mundo. Llamó a un prestigioso periódico de la cuidad y programó una cita. El periodista llegó a la casa del inventor y empezó la entrevista.

Después de responder las preguntas Stanley llevó al periodista a donde estaba el motor de agua y le mostró el funcionamiento de la máquina. El periodista no pudo ocultar su asombro.

«Señor, Stanley esto es maravilloso. El invento del siglo. Mañana estará en la página principal de nuestro periódico». El periodista daba la mano a Stanley y se despedía.

El periódico matutino mostraba en sus titulares el invento del siglo. Como era de esperase la noticia se regó como pólvora y todos los medios hablaban del motor de agua. El invento de Stanley dio la vuelta al mundo y el inventor se sentía en la cima del mundo.

Todos los días era visitado por diferentes periodistas, y el motor de agua seguía haciéndose muy popular. Inmediatamente los ecologistas empezaron a pedir a los gobiernos que se implemente el motor de agua. Todo esto estaba causando revuelo y amenazaba con volverse un estallido social en todas partes del mundo.

El teléfono de Stanley sonaba insistentemente. «Buenos días, ¿con quién hablo?».

«No se entrometa en nuestros negocios o lo lamentará». La llamada se cortaba abruptamente.

Stanley quedo preocupado y fue a ver a su socio Harry. Al llegar al apartamento lo encontró muerto con un tiro en la cabeza, las evidencias mostraban que había sido un supuesto suicidio. Stanley entendió lo que le quería decir Harry.

Ahora temía por su vida y el motor de agua, así que oculto todos los documentos. Debía proteger su invento a como dé lugar, en tanto la paranoia invadía a Stanley. En todos lados el hombre veía asesinos y su vida se volvió un infierno.

El inventor se fue a vivir al bosque, lejos de la civilización, y el motor de agua empezó a ser olvidado por la gente. Stanley se convirtió en un ermitaño, después de mucho tiempo, Stanley salió de su casa en el bosque y se dirigió a su casa antigua.

Pudo presenciar la destrucción de su hogar. Salió corriendo hacia el bosque tratando de asimilar lo que estaba sucediendo. Llegó a su casa y se encerró, respiró tranquilo y pensó en nunca más volver a salir. En la noche se preparó una cena, empezó a comer y de repente sintió un dolor intenso en el abdomen, después cayó en el piso y exhaló su último aliento.

«El trabajo está finalizado». Un hombre de gabardina negra hablaba por celular y luego desapareció entre el bosque.