Erick 1.0 [EN/ES]

Erick worked in an office, his life was monotonous and boring. Nothing made sense to him. Existence had a sour taste for that man who spent his time between luminous screens and keyboards.

“Hello, Erick, how are you?” A beautiful blonde greeted the crestfallen man.

Erick, hearing that sensual voice piercing his eardrum, felt a joy that seemed to come out of nowhere. Her brown eyes shone like two stars in the middle of the dark night.

“Hello, hello, I well...” Erick spellbound by Samantha's beauty, could no longer sketch words.

The woman looked at Erick. “I'm so glad. I'll leave you. I have a lot of work to do. Goodbye.”

The man was shaking his head up and down, like a zombie, without reasoning or logic. Erick watched as the sensual woman moved wiggling her beautiful figure from side to side, as she disappeared down the long corridor of the offices.

A long sigh flooded the small space of one by one meters. That joy had vanished as quickly as it appeared. Erick's eyes were once again fixed on the light screen that illuminated his face, somewhat obese due to his sedentary lifestyle.

The day was ending between files and scoldings from the boss. “One day less in this hell,” Erick thought.

He packed everything in his red briefcase with an image of a very famous superhero, put it on his back and went out into the street. Night was falling on the streets, and the darkness gave anxiety to the passers-by who were running to get to the safety of their homes.

The man began to walk down the sidewalk, looking to reach the bus stop. The orange lights illuminated his path, at that moment he felt he was being chased, he looked around, but all was silence and darkness.

He sat down on the bus stop bench and took a comic book out of his bag. The title was “Superhero”, he turned the colored pages reading the new adventure of his favorite super hero. At that moment, he heard a voice that made him jump. “Sorry, Erick. I didn't mean to scare you.”

Erick's eyes widened like two saucers and his breathing became more agitated. The excited man smiled shyly at the beautiful Samantha. Then he replied, “Hello, hello. You didn't scare me, not at all. I was just reading. That's all...”

Samantha gave him a beautiful pearly smile and her bright lipstick further accentuated her beauty. Erick was mesmerized by the woman.

“Can I join you? I'm taking the bus too.” Samantha sat next to Erick.

“Sure, sure. It's no bother. Not for me. You if you want.” Erick's emotions did not let the words flow naturally.

“I'm afraid of the night and I don't like to be alone. Plus I really like to chat. Haha” The girl placed her hand over her mouth as she laughed. She looked so adorable.

Erick couldn't hide how much he liked Samantha. His eyes began to sparkle. “Me too, I really like her, yeah.” Erick lowered his head a little. “What about your car?”

“Does not turn on. I don't know what happened to it. I'm too much of a mechanical brute. Haha.” She subtly touched Erick's hand.

Nerves were running like little needles all over Erick's body. Love seemed to be flowing between the two, but something spoiled the romance.

“Let's see you lovebirds, cut the sweetness, we need to work.” Two very bad looking men approached the couple and showed some knives. “Let's see my queen, give me everything you have, collaborate and nothing will happen to you.” One of the robbers was heading towards Samantha.

The terrified woman clung to Erick. “Help me, Erick, that horrible man is going to hurt me.”

“Hey, guys. We'll give you anything you want, but don't hurt us,” urged Erick to the robbers.

“Don't worry, Fatty. That we'll take care of the queen for you. Haha.” One of the robbers was taking Samantha, and the other had the knife to Erick's throat. “While my friend makes his girlfriend enjoy, you give me everything you have.”

Erick heard Samantha's desperate cries for help. At that moment, Erick felt a great anger burning from his stomach and growing throughout his body. He didn't know if it was adrenaline or some kind of super power, but as the robber was getting careless, Erick elbowed him in the stomach so hard that it knocked the wind out of him.

The robber dropped the knife grabbing his belly. Erick lunged at the bandit again and punched him in the face knocking him unconscious, after defeating the first thief, Erick was on his way to rescue Samantha.

Samantha and the thief were struggling at the moment when Erick arrived in a rage, he pounced on the thief. A blow to the stomach and another to the face knocked the second robber unconscious.

Samantha and Erick were running when they saw some policemen and told them everything that had happened. The robbers were caught and taken to the station. Erick accompanied Samantha to her apartment. “Thank you, my hero. You saved me from that horrible robber.”

“It was nothing, Samantha, anyone in my place would have done the same thing. Haha.” Erick laughed nervously.

“Not everyone. You're a brave one, my hero.” Samantha gave Erick a passionate kiss and then closed the door.

Erick trabajaba en una oficina, su vida era monótona y aburrida. Nada tenía sentido para él. La existencia tenía un agrio sabor para aquel hombre que se la pasaba entre pantallas luminosas y teclados.

«Hola, Erick, ¿cómo estás?». Una hermosa rubia saludaba al cabizbajo hombre.

Erick al escuchar aquella voz sensual que le atravesaba el tímpano, sintió una alegría que pareció brotar de la nada. Sus ojos cafés brillaron como dos luceros en medio de la noche oscura.

«Hola, hola, yo bien...». Erick hechizado por la belleza de Samantha, no pudo seguir esbozando palabras.

La mujer miraba a Erick y después se despedía. «Me alegro mucho. Te dejo, tengo mucho trabajo que hacer. Adiós».

El hombre movía la cabeza de arriba a abajo, como un zombi, sin razonamiento ni lógica. Erick veía como la sensual mujer se movía contoneando su bella figura de un lado a otro, mientras ella desapareció por el largo pasillo de las oficinas.

Un largo suspiro inundó el pequeño espacio de dos por dos metros. Aquella alegría se había esfumado tan rápido como apreció. Erick volvía a clavar los ojos en aquella pantalla lumínica que alumbraba su rostro, algo obeso por el estilo de vida sedentario que llevaba.

El día terminaba entre archivos y regaños del jefe. «Un día menos en este infierno», pensó Erick.

Guardó todo en su maletín rojo con una imagen de un superhéroe muy famoso, se lo colocaba en la espalda y salía a la calle. La noche caía sobre las calles, y las tinieblas daban ansiedad a los transeúntes que corrían por llegar a la seguridad de sus casas.

El hombre empezaba a caminar por la acera, buscando llegar a la parada de buses. Las luces anaranjadas iluminaban su camino, en ese momento sintió que lo perseguían, miró a su alrededor, pero todo era silencio y oscuridad.

Se sentó en la banca del paradero y sacó del bolso una revista de cómics. El titulo era “Superhero", pasaba las páginas coloreadas leyendo la nueva aventura de su súper héroe favorito. En ese momento, escuchó una voz que lo hizo saltar. «Perdón, Erick. No quería asustarte».

Los ojos de Erick se abrieron como dos platos y su respiración se hizo más agitada. El hombre emocionado sonreía tímidamente a la bella Samantha. Luego respondió, «Hola, hola. No me asustaste, para nada. Solamente leía. Eso no más...»

Samantha le regalaba una bella sonrisa perlada y su labial brillante acentuaba más su belleza. Erick estaba hipnotizado por aquella mujer.

«¿Te puedo acompañar? También voy a tomar el bus». Samantha se sentaba al lado de Erick.

«Claro, claro. No es molestia. No para mí. Ahí puedes. Tú si quieres». Las emociones de Erick no dejaban que las palabras fluyeran naturalmente.

«Le temo a la noche y no me gusta estar sola. Además me gusta mucho conversar. Jaja» La chica colocaba su mano en la boca mientras reía. Se veía tan adorable.

Erick no podía ocultar lo mucho que Samantha le gustaba. Los ojos comenzaron a brillarle. «A mí también, me gusta mucho, sí». Erick bajaba un poco la cabeza. «¿Y tú carro?».

«No quiso encender. No sé qué le pasó. Soy muy bruta para la mecánica. Jaja». Sutilmente tocaba la mano de Erick.

Los nervios recorrían como pequeñas agujas por todo el cuerpo de Erick. El amor parecía fluir entre los dos, pero algo echó a perder el romance.

«A ver los tortolitos, dejen la melosidad, que nosotros necesitamos trabajar». Dos hombres de muy mal aspecto se acercaban a la pareja y mostraron unos cuchillos. «A ver mi reina, deme todo lo que tenga, colabore y no le pasará nada». Uno de los ladrones se dirigía a Samantha.

La mujer presa del miedo se aferró a Erick. «Ayúdame, Erick, ese horrible hombre me va a lastimar».

«Oigan, muchachos. Les daremos lo que quieran, pero no nos hagan daño». Instaba Erick a los ladrones.

«No se preocupe, Gordito. Que le cuidaremos a la reina. Jaja». Uno de los ladrones se llevaba a Samantha, y el otro tenía puesto el cuchillo en la garganta de Erick. «Mientras mi amigo hace gozar a su novia, tú dame todo lo que tengas».

Erick escuchaba los gritos desesperados de Samantha pidiendo ayuda. En ese momento, Erick sintió una gran ira que le ardía desde el estómago e iba creciendo por todo su cuerpo. No supo si fue la adrenalina o una especie de súper poder, pero mientras el ladrón se descuidaba, Erick le dio un codazo en el estómago tan fuerte que lo dejó sin aire.

El ladrón soltó el cuchillo tomándose el vientre. Erick volvió a arremeter contra el bandido y le dio un puñetazo en la cara que lo dejó inconsciente, después de haber derrotado al primer ladrón, Erick se dirigía a rescatar a Samantha.

Samantha, y el ladrón estaban forcejeando en el instante en que llegó Erick iracundo, se abalanzó sobre el delincuente. Un golpe en el estómago y otro en el rostro dejaron inconsciente al segundo ladrón.

Samantha y Erick iban corriendo cuando vieron unos policías y les contaron todo lo sucedido. Los ladrones fueron capturados y llevados a la estación. Erick acompañaba a Samantha a su apartamento. «Gracias, mi héroe. Me salvaste de ese horrible ladrón».

«No fue nada, Samantha, cualquiera en mi lugar hubiera hecho lo mismo. Jaja». Erick reía nerviosamente.

«No todos. Eres un valiente, mi héroe». Samantha daba un beso apasionado a Erick y luego cerraba la puerta.