Cuando decidí estudiar la carrera de psicología, ni remotamente llegué a imaginar cuánto crecimiento y enriquecimiento significaría esto para mi propia vida.
La intención que subyace al estudio de este profesión suele ser común, la de ayudar a otros. Solo cuando se emprende el camino de este estudio uno es capaz de darse cuenta cuánto necesitaba ayudarse a sí mismo. Esto se puede resumir en la siguiente frase: Todos venimos al mundo llorando.
Ninguna infancia, ninguna vida está excenta de dolor. Y cuanto más temprano aprendamos a comprender esto, más temprano nos libraremos de las promesas falsas de la felicidad perenne, y encontraremos la forma de disfrutar la vida, tal cual y cómo se presenta, tal cual y cómo decidamos y actuemos para vivirla.
La metáfora del curador herido es quizás la imagen más bonita que nos permite describir a los psicológos el porqué escogimos esta carrera. Solo quien ha sufrido y ha convertido su dolor en algo constructivo es capaz de sostener y contener a otros en su sufrimiento. Logrando además, en el camino, formar una alianza terapéutica sólida que permita el trabajo y el progreso del proceso, una díada, me gusta pensar a mí, "sagrada", entre paciente y terapeuta.
"Sagrada", en el sentido de la cuarta acepción de la RAE, "Digno de veneración y respeto". No es una relación más, es una relación única, donde hay intereses de parte y parte, claro está, pero en la cual está en juego algo sumamente importante en la vida de una persona: su mundo interno, sus pensamientos, emociones, miedos... Es una relación que comprendo desde el respeto, la genuina curiosidad y la empatía, porque sé que implica un tipo de apertura que no se puede tener con todo el mundo.
Y en ese sentido, quizás lo más desafiante, y al mismo enriquecedor, es el estar expuesta continuamente a todo lo que contempla lo humano: la culpa, el miedo, la euforia, el arrepentimiento, el asco, la ira, el amor y el desamor... Después de estar expuesta a tanto, no se puede ser la misma. Y a mi me enorgullece tanto no ser la misma. Mi mente se abre, se expande y cada vez tengo menos prejuicios y formas preconcebidas de ver la vida, cada vez soy más compasiva, no solo con el mundo sino conmigo misma. Y esa es, para mí, una de las mayores ganancias de haber estudiado la carrera de psicología.
Pero la más importante, poder transformar, de manera positiva, la vida de las personas.
Y por eso hoy me celebro la decisión de practicarla, a través de la clínica, con todos los retos y aprendizaje que esto conlleva.
Continuamos creciendo, trabajando y aprendiendo, de todo lo que es humano.
When I decided to study psychology, I never remotely imagined how much growth and enrichment this would mean for my own life.
The intention behind the study of this profession is usually a common one, that of helping others. Only when embarking on the path of this study is one able to realize how much one needed to help oneself. This can be summed up in the following sentence: We all come into the world crying.
No childhood, no life is without pain. And the sooner we learn to understand this, the sooner we will free ourselves from the false promises of perennial happiness, and find the way to enjoy life, as it is and how it presents itself, as we decide and act to live it.
The metaphor of the wounded healer is perhaps the most beautiful image that allows us psychologists to describe why we chose this career. Only those who have suffered and have turned their pain into something constructive are able to support and contain others in their suffering. And, along the way, they manage to form a solid therapeutic alliance that allows the work and the progress of the process, a dyad, I like to think of it as “sacred”, between patient and therapist.
“Sacred”, in the sense of the fourth meaning of the RAE, ‘worthy of veneration and respect’. It is not just another relationship, it is a unique relationship, where there are interests on both sides, of course, but in which something extremely important in a person's life is at stake: his or her inner world, thoughts, emotions, fears.... It is a relationship that I understand from respect, genuine curiosity and empathy, because I know that it implies a kind of openness that cannot be had with everyone.
And in that sense, perhaps the most challenging, and at the same time enriching, is to be continuously exposed to everything that contemplates the human: guilt, fear, euphoria, regret, disgust, anger, love and lovelessness.... After being exposed to so much, you can't be the same. And I am so proud of not being the same. My mind opens up, expands and I have less and less prejudices and preconceived ways of looking at life, I am more and more compassionate, not only with the world but with myself. And that, for me, is one of the greatest gains of having studied psychology.
But the most important, to be able to transform, in a positive way, people's lives. And that is why today I celebrate the decision to practice it, through the clinic, with all the challenges and learning that this entails.
We continue to grow, to work and to learn, of all that is human.
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Qué hermosas palabras, Sofi. Realmente tocaste mi fibra sensible. Sin duda, una profesión admirable.
Hija, eres un ser humano maravilloso, lleno de luz y bondad. Como profesional, te admiro profundamente por tu dedicación, empatía y excelencia. Dios te bendiga.
Wooo que increible todo esa experiencia que fuiste aprendiendo por lo que entiendo fuiste aprendiendo desde antes y tener una mayor campo visual.
Tengo un programa llamada 'Conociendo Hivers', te gustaria participar?
!HUESO
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Que bonita forma de describir la psicología. Celebro grandemente que estés enamorada de tu carrera, porque hay personas que estudian solo para cumplir una meta y al final se dan cuenta que no les gusta. Me parece genial que el estudio y el posterior trabajo contribuyan a mejorarte a ti primero para poder ayudar a otros. Saludos Sofia.
Hola, @sofiaquino98
He conocido a muchos psicólogos, y a uno o más psiquiatras, pero a ninguno, le escuché, bueno, leí decir, con tanta pasión, sobre lo que significa para ellos su profesión. ¡Qué Dios te siga bendiciendo!
Saludos.
¡Hola! 😊
Me encantó leer tu reflexión. Como alguien que también valora el crecimiento personal, puedo conectar profundamente con lo que describes sobre cómo estudiar psicología no solo transforma la vida de otros, sino también la tuya propia. 🌟 Esa metáfora del "curador herido" es tan poderosa... A veces creo que nuestros momentos más vulnerables son los que realmente nos capacitan para comprender y acompañar a otros desde un lugar genuino y empático. 💛
Algo que me inspira mucho de lo que mencionas es cómo tu experiencia en la clínica te ayuda a abrir la mente y eliminar prejuicios. Es un recordatorio de lo enriquecedor que es abrazar toda la gama de emociones humanas, tanto en uno mismo como en los demás.
Por cierto, ¿has pensado en escribir más sobre la “díada sagrada” y cómo logras mantener ese equilibrio emocional mientras trabajas con emociones tan intensas? Creo que sería un tema fascinante para muchos, especialmente para quienes estamos interesados en el bienestar emocional y la psicología.
¡Te celebro contigo esta decisión de vida tan bonita y llena de propósito! 🎉💡
Conmovedor texto, querida @sofiaquino98. Conociendo de tu sensibilidad (en gran medida inoculada por esos especiales padres que tienes), y que fue haciéndote en ti por tus estudios y práctica, sé que has de ser una psicóloga de gran valía. Me gustó mucho que trajeras la imagen del "curador herido". Espero que sigas bien. Un abrazo.