ESPAÑOL

Creo que en décadas anteriores era más fácil responder a la pregunta de "¿Qué hago con mi vida?" A fin de cuentas, había un esquema prediseñado con roles, tareas y actividades definidas para hombres y mujeres. Como si de completar un juego de simulación se tratase, cada uno solía cumplir con los objetivos o metas específicas establecidas para cada etapa de la vida: estudiar, conseguir un trabajo, casarse, tener hijos... Cuando digo que quizás los jóvenes de antaño tenían más claro lo que querían, entre comillas, hacer con sus vidas, no necesariamente digo eran los más felices haciéndolo. Los que no eran felices con este esquema de vida, quizás, sacrificaron sus propios sueños al cumplir con las demandas y expectativas de sus familias o de la sociedad.

Las cosas han cambiado mucho en la actualidad. El tictac de los relojes biológicos nos sigue persiguiendo, las edades fértiles en el caso de las mujeres, por ejemplo, son limitadas, pero definitivamente se han flexibilizado los estándares personales y laborales. Se han extendido los procesos vitales, de hecho, y ahora los jóvenes se van de casa de sus padres mucho más tarde que antes, fluctúan entre parejas y empleos antes de establecerse en algún lugar, posponen las alarmas biológicas (incluso los deseos) para tener hijos. Algunos descartan esta idea por completo.

Y ante el abanico de posibilidades, aparece la pregunta "¿Qué quiero hacer con mi vida?". En efecto, podemos decidir, y aunque la realidad económica y social a nivel mundial sea bastante compleja y limite esta posibilidad de decisión, tenemos más control sobre diferentes aspectos de nuestra vida. Lo que hoy es una realidad antes ni siquiera era un pensamiento posible.

A mi modo de verlo, tener una idea sobre nuestro plan de vida es sumamente necesario.
Creo que sobreestimamos la "libertad" del presente y no nos damos cuenta muchas veces de cómo esta nos puede condenar a realidades que no se asemejan a lo que queremos en nuestras vidas. La estructura y la estabilidad, en cambio, están subestimadas, pero estas son necesarias para crear y construir.

El trabajo que propongo es el establecimiento de metas y objetivos en diferentes áreas de nuestra vida. Que sean flexibles pero sobre todo realistas. El propósito de este ejercicio es que hagamos la tarea de escucharnos a nosotros mismos (no nos damos cuenta pero estamos escuchando, cada vez con más frecuencia, a otros, a través de historias de instagram, podcast, videos de youtube, radio, interacciones diarias). Para saber lo que me gusta, lo que no, lo que quiero para mi vida, lo que quiero lejos, es necesario empezar a conocernos. Esto lo logramos de diferentes maneras, una de ellas, por ejemplo, estando solo con nosotros mismos por un tiempo. Allí entrarán en juego nuestros propios ideales, expectativas, deseos, sueños, prejuicios, creencias. Puede que nos sintamos abrumados por momentos, pero estas conversaciones incómodas con nosotros mismos son necesarias para diseñar el bosquejo de la vida que queremos.

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ENGLISH.

I think in previous decades it was easier to answer the question "What do I do with my life?" At the end of the day, there was a pre-designed scheme with defined roles, tasks and activities for men and women. As if completing a simulation game, each one used to fulfill specific objectives or goals set for each stage of life: study, get a job, get married, have children.... When I say that perhaps the young people of yesteryear were clearer about what they wanted, in quotation marks, to do with their lives, I am not necessarily saying that they were the easiest to do so. Those who were not happy with this scheme of life, perhaps, sacrificed their own dreams to meet the demands and expectations of their families or society.

Things have changed a lot today. The ticking of biological clocks continues to haunt us, fertile ages in the case of women, for example, are limited, but personal and work standards have definitely become more flexible. Life processes have been extended, in fact, and now young people are leaving their parents' homes much later than before, fluctuating between partners and jobs before settling down somewhere, postponing biological alarms (even desires) to have children. Some dismiss the idea altogether.

And faced with the range of possibilities, the question "What do I want to do with my life?" comes up. Indeed, we can decide, and although the economic and social reality worldwide is quite complex and limits this possibility of decision, we have more control over different aspects of our lives. What is a reality today was not even a possible thought before.

In my opinion, having an idea about our life plan is extremely necessary.
I think we overestimate the "freedom" of the present and often don't realize how it can condemn us to realities that don't resemble what we want in our lives. Structure and stability, on the other hand, are underestimated, but they are necessary to create and build.

The work I propose is the establishment of goals and objectives in different areas of our lives. Let them be flexible but above all realistic. The purpose of this exercise is that we do the task of listening to ourselves (we don't realize it but we are listening, more and more frequently, to others, through instagram stories, podcast, youtube videos, radio, daily interactions). To know what I like, what I don't like, what I want for my life, what I want away, it is necessary to start knowing ourselves. We achieve this in different ways, one of them, for example, being alone with ourselves for a while. There, our own ideals, expectations, desires, dreams, prejudices, beliefs will come into play. We may feel overwhelmed at times, but these uncomfortable conversations with ourselves are necessary to design the outline of the life we want.