Pront: No del todo muerto.

Una de las situaciones que se nos presenta de manera común en la vida son las discusiones y las peleas; algunas veces esas circunstancias se generan por diferencias en la forma de pensar o de actuar, provocando diferencias, alejamientos y hasta rupturas entre las personas que viven esos procesos.

Muchas veces, esos problemas se presentan a causa de nuestro ego, ya que gracias a él, nos sentimos en innumerables ocasiones mejor que las otras personas y nos sentimos con el derecho a juzgar y a opinar en procesos que realmente desconocemos.

Cuando nosotros cometemos errores, o juzgamos a la ligera a una persona o una situación, en vez de aceptar que nos equivocamos, en la mayoría de los casos defendemos nuestras posiciones y siempre buscamos la forma de justificarlas, y eso es gracias a nuestro ego.

Por eso muchas de las escuelas espirituales, muchas religiones y muchos terapeutas nos invitan continuamente a dominar el ego. Ellos enseñan técnicas y procesos de autocontrol, que sirven como herramienta de control del ego, ya que se identifica a este como nuestro principal problema en la convivencia social, familiar y laboral.

Pero el ego, sin importar los ejercicios o las técnicas utilizadas, siempre está presente; él se niega a morir, se niega a ser conquistado y dominado. Lo que provoca que las personas que están en el proceso de aprender las técnicas de control y autodominio siempre estén en una lucha constante consigo mismas.

Eso se debe a que, cuando piensan que el ego ya está dominado y casi aniquilado, en el primer descuido que se presente, este sale con una fuerza tremenda, se impone y, en ocasiones, se descontrola como un caballo desbocado, demostrando que no está del todo muerto.

Y es en ese momento que uno se da cuenta de que la lucha que uno inicia para poder elevar su consciencia y su nivel espiritual y de convivencia es un proceso que no tiene fin ni descanso, ya que constantemente el ego, que es el enemigo que debe ser dominado, reacciona y escapa del control que se le ha dado.

Convirtiendo el camino para el desarrollo espiritual y de la consciencia en una lucha permanente contra uno mismo, que nos mantiene alertas y conscientes de la realidad, y donde cada descuido se paga con un escape del ego y con un retroceso en nuestro camino de paz emocional y espiritual.

Muchas gracias por leerme.

Pront: Not quite dead.

One of the situations that commonly occurs to us in life are arguments and fights; sometimes those circumstances are generated by differences in the way of thinking or acting, causing differences, estrangements and even ruptures between the people who live those processes.

Many times, these problems arise because of our ego, because thanks to it, we feel on countless occasions better than other people and we feel with the right to judge and to have an opinion in processes that we really do not know.

When we make mistakes, or judge a person or a situation lightly, instead of accepting that we made a mistake, in most cases we defend our positions and always look for a way to justify them, and that's thanks to our ego.

That is why many of the spiritual schools, many religions and many therapists continually invite us to master the ego. They teach techniques and processes of self-control, which serve as a tool for controlling the ego, since it is identified as our main problem in social, family and work coexistence.

But the ego, no matter the exercises or the techniques used, is always present; it refuses to die, refuses to be conquered and dominated. What causes people who are in the process of learning the techniques of control and self-control are always in a constant struggle with themselves.

This is because, when they think that the ego is already dominated and almost annihilated, at the first oversight that arises, it comes out with tremendous force, imposes itself and, sometimes, goes out of control like a runaway horse, showing that it is not completely dead.

And it is at that moment that one realizes that the struggle that one initiates to be able to raise one's consciousness and one's spiritual and coexistence level is a process that has no end or rest, since constantly the ego, which is the enemy that must be mastered, reacts and escapes from the control that has been given to it.

Turning the path for spiritual development and consciousness into a permanent struggle against oneself, which keeps us alert and aware of reality, and where every oversight is paid with an escape from the ego and with a setback on our path of emotional and spiritual peace.

Thank you very much for reading me.