Toda decisión precisa de un poco de fe y optimismo. [ESP-ENG]

ESPAÑOL

Nuestros niveles más altos de esperanza los tenemos justo antes de arriesgarnos.

Cuando las decisiones se han tomado concienzudamente, muy problemamente tengamos presentes los pro y los contra de dicha decisión, hemos visto como la balanza se posiciona a nuestro favor y nos atrevemos a actuar, a hacer algo diferente. Cuando nos arriesgamos, no es como que mágicamente todo lo que podía salir mal desaparece. Eso sigue allí, sin embargo, tenemos la confianza de que hemos pasado por un proceso de evaluación y hemos determinado que lo bueno pesará más que lo malo. Además, también tenemos algo de fe, no solo en nosotros mismos sino también en todo lo que no depende de nosotros y nos afecta en algún sentido. Terminar una relación, renunciar a un empleo, iniciar un emprendimiento, emigrar, dejar una carrera universitaria, todas estas son decisiones complejas que, insisto, cuando se toman después de un análisis se es consciente de uno hará todo lo posible para que las cosas salgan bien, aunque siempre existe la posibilidad de que salgan mal, o no tan bien como esperábamos.

Tener presente que las consecuencias negativas no dejan de existir es importante incluso para nuestro bienestar mental, porque sabemos que a pesar de todo el esfuerzo y la dedicación que le pongamos a lo nuevos caminos escogidos, existe una posibilidad, así sea pequeña, de que las cosas no salga como pensábamos. Cuando eliminamos de la ecuación los "contra" perdemos un poco la visión objetiva de la realidad y vienen las emociones que generan malestar, también las preguntas: ¿por qué todo me sale mal? ¿por qué si he hecho todo lo posible no me va mejor? ¿nunca lograré lo que quiero? Estas preguntas, lejos de ayudarnos, nos nublan aún más los pensamientos. A veces, estas críticas y juicios vienen desde afuera. Ahí puede llegar a ser realmente doloroso pues nos vemos nuevamente de frente con esa balanza de "pros" y "contras" y nos sentimos estúpidos, por haber "escogido mal". ¿Es que no debí separarme? ¿Es que no debí mudarme de ciudad? ¿Es que no debí dejar mi trabajo? Somos expertos en juzgar nuestras decisiones pasadas en función de los conocimientos del presente.

Cuando decidimos conscientemente hacemos una apuesta a que las ventajas de nuestra decisión serán cada vez más importantes a lo largo del tiempo y las desventajas serán pequeñas, con consecuencias trabajables. Es importante tener presente el hecho de que, todo cambio, todo riesgo que asumimos, trae consigo consecuencias positivas y negativas. ¿Estamos preparados para asumirlas? ¿Confiamos y nos atrevemos o nos quedamos donde creemos saber cómo nos irá?

Hace seis años escribí un post en la antigua blockchain, con un aforismo que decía:

Solo se tropieza caminando. Al inmóvil no le pasa nada: ni dichas, ni desgracias.

Tomar riesgos implica confiar, en uno mismo, en todo. Independimientemente del resultado, estos nos enseñan, nos fortalecen, nos ponen a prueba. Los riesgos nos recargan de fe, confianza y optimismo, muchos lo necesitamos de vez en cuando, sobre todo, cuando somos más realistas de lo que nos gustaría.

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ENGLISH.

Our highest levels of hope are just before we take a risk.

When decisions have been taken conscientiously, very problematically we have to keep in mind the pros and cons of such a decision, we have seen how the balance is positioned in our favor and we dare to act, to do something different. When we take a risk, it is not as if magically everything that could go wrong disappears. That is still there, however, we have the confidence that we have gone through a process of evaluation and have determined that the good will outweigh the bad. In addition, we also have some faith, not only in ourselves but also in everything that is not up to us and affects us in some way. Ending a relationship, quitting a job, starting a business, emigrating, leaving a university career, all these are complex decisions that, I insist, when taken after an analysis, we are aware that we will do everything possible to make things go well, although there is always the possibility that they will go wrong, or not as well as we expected.

Keeping in mind that negative consequences do not cease to exist is important even for our mental well-being, because we know that despite all the effort and dedication we put into the new paths chosen, there is a possibility, however small, that things will not turn out as we thought. When we eliminate the "against" from the equation, we lose a little bit the objective vision of reality and the emotions that generate discomfort come, as well as the questions: why does everything go wrong? why, if I have done everything possible, doesn't it go better? will I never achieve what I want? These questions, far from helping us, cloud our thoughts even more. Sometimes these criticisms and judgments come from outside. This can be really painful, because we are once again faced with the balance of "pros" and "cons" and we feel stupid for having "made the wrong choice". Shouldn't I have separated? Shouldn't I have moved to another city? Shouldn't I have quit my job? We are experts at judging our past decisions based on present knowledge.

When we consciously decide we make a bet that the advantages of our decision will be increasingly important over time and the disadvantages will be small, with workable consequences. It is important to keep in mind the fact that every change, every risk we take, brings with it positive and negative consequences. Are we prepared to assume them? Do we trust and dare or do we stay where we think we know how we will do?

Six years ago I wrote a post on the old blockchain, with an aphorism that said:

Only one stumbles by walking. Nothing happens to the immobile: neither happiness nor misfortune.

Taking risks implies trusting oneself, in oneself, in everything. Regardless of the outcome, they teach us, they strengthen us, they test us. Risks recharge us with faith, confidence and optimism, many of us need it from time to time, especially when we are more realistic than we would like to be.