La universidad era muy antigua, era una de la más reconocida casa de estudios de Francia, y tenía un terreno era enorme y en él había, edificaciones muy antiguas abandonadas, una antigua Abadía Benedictina, cuyas edificaciones fueron donadas a la universidad, además había bosques, riachuelos, algunas casas para los empleados de la universidad, que estaban muy cerca de los edificios donde estaban las residencias estudiantiles.

En la universidad, el ambiente, cambiaba según la época de la época del año, es decir, en el verano se veía alegre, llena de un matiz enorme de colores y con mucha actividad, y con las noches claras y alegres, mientras que en épocas de invierno, su ambiente cambiaba totalmente, viéndose oscura, gris, triste y melancólica.

Y fue en una noche de invierno, con una textura tenebrosa y oscura, en donde la luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes, poniendo a todo el campus universitario, en un ambiente lúgubre, en donde las sombras de las personas que caminaban, se veían a la distancia, como una especie de fantasmas, al verse la sombra de su reflejo en la neblina cuando sus cuerpos eran bañados por la iluminación de las luces de los reflectores y postes de luz.

Cuando un grupo de jóvenes, de una fraternidad, decidieron hacer una prueba de valor, para los nuevos postulantes, que deseaban ingresas a la fraternidad. Y ellos decidieron que prueba, debía ser una prueba de valentía y coraje, así, que terminaron llevando a los nuevos postulantes al edificio de la antigua abadía. Pero no sin antes, haberle dicho a ellos, durante los días de las entrevistas, las leyendas urbanas y los cuentos, que había sobre la abadía, donde decían, que habían cerrado el antiguo, imponente y escalofriante edificio, por haberse realizado en él, los juicios de la inquisición, interrogatorios brutales a los involucrados en los juicios y la aplicación de las sentencias.

Quedando atrapadas en el edifico, el alma de cientos de personas, acusadas y sentenciadas por la inquisición de manera injusta. Y por eso se decía en el campus y en las comunidades cercanas a la universidad, que la ‘‘abadía estaba embrujada’’.

Luego le habían dicho a los jóvenes, que ninguna persona había podido pasar más de dos horas dentro del edificio, y que su prueba de valentía y coraje para poder entrar a la fraternidad, sería pasar dentro de la abadía desde las 12 de la noche hasta las 6 de la mañana.

Todos los presentes miraron a los candidatos, y ellos tres miraban, con nerviosismo, la entrada enorme de madera del imponente edificio de la abadía. Y vieron a la derecha de la entrada del edificio, un enorme cartel, que decía "Manténgase alejado" y otro letrero más grande, que estaba al lado derecho de la puerta, que decía, "Manténgase alejado, no entre de noche, propiedad privada, no entre."

—No sé si debamos entrar Carlos, la verdad que da miedo el edificio y los anuncios realmente son muy elocuentes. — Dijo Felipe.

—Yo estoy de acuerdo con Felipe. — Dijo Juan, con tono de miedo en la voz.

— A mí tampoco me gusta mucho muchachos. Pero veamos las cosas con claridad, nosotros somos 3, si nos mantenemos juntos, podemos enfrentar cualquier riesgo. Además, esta es la mejor fraternidad de la universidad, una de las más antiguas y prestigiosas de Europa, mi tío fue miembro de ella y me dijo que las pruebas para entrar, eran unas verdaderas iniciaciones físicas, mentales y espirituales. En fin, nos podemos ir por miedo, o podemos superar nuestros miedos y hacer la prueba, trabajando en conjunto para superarla. Y para darnos valor, pensemos en todos los beneficios que nos dará estar en la fraternidad, las relaciones que vamos a tener, las oportunidades que se nos presentaran y todo lo que conlleva pertenecer a ella. Por tanto, no debe ser fácil entrar, hemos pasado meses de pruebas y entrevistas, no nos rindamos al final por miedo. — Dijo Carlos, dándole valor a sus compañeros.

—Vamos, no sean miedosos, parecen unas gallinas, es hora de que demuestren que son dignos de ser parte de nuestra fraternidad. — Dijo David, el presidente de la fraternidad, impulsándolos a seguir adelante.

—Entremos de una vez. — Dijo Felipe, mientras iniciaba su camino decidido hacia la entrada, seguido por Juan y Carlos.

Al entrar a la abadía, los tres jóvenes vieron con asombro, como se veían las enormes paredes del edificio, que mostraban algunas figuras desfiguradas, debido a la tenue luz grisácea que reflejaban los reflectores contra los árboles, que perdían y desdibujaban sus formas con los haces de luz, que alumbraban en la cercanía de la abadía.

Carlos, Juan y Felipe, tenían miedo, realmente estaban aterrados, ellos tenían en la cabeza todos los cuentos que les habían realizado los miembros de la fraternidad y la gente de las comunidades sobre la abadía, sobre los juicios a las brujas, los cátaros y cualquier persona considerada hereje en los siglos pasados. Y aunque ninguno de los tres muchachos era religioso y de hecho se habían ingresado a la universidad para estudiar carreras vinculadas a las ciencias, también es cierto que los tres, habían quedado muy impresionados por los continuos relatos recibidos sobre el edificio.

Ahora, que los tres chicos, estaban dentro del edificio, los relatos y las historias de terror que habían escuchado, se les hacían reales en su mente, al ver las imágenes desfiguradas que se generaban por los juegos de luz y se reflejaban en las paredes, al ver las sombras desfiguradas y alargadas que daban las estatuas y al ver deformaciones en el piso, que se generaban por el reflejo de la luz, en algunos vitrales rotos.

Para a cada una de las cosas que veían, los tres noveles, aprendices de científicos, le conseguían una explicación lógica. Pero en el fondo, no dejaban de sentir un temor enorme que los carcomía, desde lo más adentro de su ser.

—Muchachos, salgamos de esta enorme sala y entremos a una de las salas laterales, a ver si conseguimos un mejor lugar, para esperar el amanecer y salir de aquí. — Dijo Juan.

—Me parece una muy buena idea. — Dijo Carlos, mientras que Felipe asentía con la cabeza.

Los tres, entraron en un salón que estaba a mano derecha y se sentaron a conversar, mientras esperaban que se hiciera de día. A la medida que iba pasando el tiempo, ellos se sentían más tranquilo y más seguros. De hecho, habían perdido el miedo y comenzaron a hablar de lo impresionante que era el poder de la sugestión y de la autosugestión, y de como los comentarios les habían afectado. Juan, que era estudiante de medicina, le dijo a Carlos y Felipe, es impresionante ver, como un estudiante de medicina, uno de física y uno de ingeniería, se dejaron llevar por estos cuentos de terror.

—Me puedes decir la hora, Felipe. — Dijo Carlos.

—Son las tres de la mañana. — Contestó.

—La hora del horror. — Dijo Juan, mientras los tres reían.

Los chicos siguieron conversando sobre diferentes temas. Pero de repente, escucharon tres golpes fuertes en la puerta y vieron como la puerta del lugar donde estaban se abrió.

Al ver hacia la puerta, vieron a una mujer joven, era de rostro amable, pero se veía que había llorado muchísimo, estaba vestida con una túnica blanca y caminaba cojeando de una pierna, mirando hacia el frente de la sala, donde estaba una antigua mesa.

Juan, Carlos y Felipe, estaban aterrados, no podían creer lo que estaban viendo, les parecía imposible, irreal. Los tres muchachos estaban temblando de terror, pero a la vez, sentían, el miedo, el terror y la desesperanza de la mujer que iba caminando por la parte central del pasillo donde ellos estaban sentados.

Cuando la mujer, llegó a altura del camino donde ellos tres estaban sentados, miraron temblando de terror, que la figura de la mujer se volteó hacia ellos, y ellos vieron a la joven mujer, con un rostro hermoso, pero lleno de miedo y dolor, con los ojos hundidos, con grandes ojeras y lágrimas en ellos. En ese momento, ellos escucharon una voz que decía ‘‘Soy Catalina Conte y soy inocente, intercedan por mí caballeros, se los pido por el amor de Dios’’.

Luego el fantasma de Catalina, continúo caminando por el pasillo y desapareció antes de llegar a la mesa que estaba al final.

A partir de ese momento, Carlos, Juan y Felipe, comenzaron a hablar de la mujer que habían visto, se preguntaron si la habían escuchado, y todos dijeron que sí.

Carlos se levantó, fue al pasillo por donde pasó el fantasma de Catalina, y al mirar al piso, vio un pedazo de tela blanca, él se agachó y lo recogió y lo llevó a donde estaban Juan y Felipe.

Carlos miró a sus compañeros y, les mostró el pedazo de tela, diciendo ‘‘Es un pedazo de tela del vestido de Catalina’’.

El miedo se apoderó de todos ellos, sin embargo; siguieron en la abadía, hasta que se hicieron las 6 de la mañana, saliendo por la puerta principal.

Al salir, estaban David y el resto de los miembros de la fraternidad esperándolos para felicitarlos y darles la noticia de que serían recibidos como miembros.

Los muchachos la comentaron a los miembros de la fraternidad lo que vieron y vivieron en la noche. A partir de ese momento, los rumores y relatos, de la abadía embrujada, se hicieron más fuertes con la nueva experiencia de Juan, Carlos y Felipe, que ahora se veía reforzada con el pedazo de tela que Carlos recogió.

La gente de la fraternidad, al ver la actitud de los tres jóvenes y de como la experiencia les había impactado, decidieron no hacer más pruebas en la abadía y además renovaron los letreros de ‘‘Manténgase alejado’’ que había en la entrada del edificio.

Años después, cuando Carlos ya era un hombre adulto y un físico reconocido, estaba siendo entrevistado en la televisión, sobre una asociación que había creado para el estudio de los procesos parapicológicos, cuando el reportero le preguntó la razón por la cual creía en esos procesos, Carlos le contó su historia y de la prueba para entrar a la fraternidad, y la investigación que él y sus amigos habían realizado después sobre Catalina Conte, además le mostró la tela, del vestido de Catalina, que aún poseía y que era un recuerdo de aquella noche oscura y tenebrosa en la que se enfrentó a lo sobrenatural y le dijo al reportero, que esa experiencia, lo llevó al estudio de la parasicología, para estudiar los procesos sobrenaturales, desde el punto de vista científico.

Gracias por leerme.